noviembre 2019

Nombrar algo es, quizá, el primer acto de posesión. Destruirlo, el último. Demasiadas veces he establecido ya el silogismo asesinato-conclusión-findelactocreativo, demasiadas veces he expresado la angustiosa conclusión que nos asegura que concluir una novela no es sino matarla, cesar la vida creativa, interrumpir la acción. Poco he hablado, sin embargo, sobre la concepción de una […]

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