La triste figura de don Quijote en el cine (tercera parte)

Tras
La triste figura de don Quijote en el cine (primera parte) y
La triste figura de don Quijote en el cine (segunda parte) prosigo:

1973 – Don Quijote cabalga de nuevo

Llegó el turno de los mejicanos, pero que nadie se asuste antes de tiempo. Prácticamente no hay mejicanos en la producción. Eso sí, el único mejicano que hay se hace notar y no es otro que el gran Cantinflas. Sí, así es, estimado lector o lectora: esta es una película del gran Mario Moreno Cantinflas; uno de sus papeles más atípicos y, por así decirlo, más sobrios. Todos los chistes e histrionismos típicos de Cantinflas encuentran su asiento en esta producción, pero no se confundan: a pesar de haber mariomorenizado a Sancho Panza, Don Quijote es interpretado por el gran Fernando Fernán Gómez. Si hubo un actor de su época capaz de interpretar debidamente a don Quijote, aparte de Fernando Rey, ése es Fernando Fernán Gómez. De hecho, sostengo que seguramente Fernando Rey tomó muchas notas y estudió en profundidad el trabajo de Fernando Fernán Gómez. Una cosa tiene que quedar clara: los dos mejores Quijotes hasta la fecha son los Quijotes de los dos Fernandos.

El autor del libreto describió esta obra como la verdad de lo ocurrido en aquel lugar de la Mancha según Sancho, y ahí sí que debo disentir por completo. Si tuviera que definirla de algún modo diría que es la verdad de lo ocurrido en aquel lugar de la Mancha según el chapulín colorado, y aunque no puede decirse que esta obra cuente con la astucia del espectador, sí puede decirse que, en algunos sentidos, es una película narrativamente deliciosa. Por ejemplo, tuvieron la delicadeza de incluir, como juego metanarrativo, al propio Miguel de Cervantes en la trama, emulando en cierto modo los experimentos metanarrativos que el mismo Cervantes desarrolló en su obra. Son detalles nimios, pero hermosos, que reconcilian con el hecho de perder dos horas de la vida viendo esta película, que es una rara avis, una película anecdótica y, por ello, especialmente interesante. Es mala, pero a ratos es buena y, fugazmente, incluso muy buena… Fernando Fernán Gómez insuperable.

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1992 – Serie de televisión española

Por fin, llegamos a la que considero la mejor versión existente del Quijote adaptado a un medio audiovisual. La hicieron los españoles, por supuesto y, como es obra de españoles (no podía ser de otro modo), la dejaron a mitad. Esta versión de 1992 sólo cubre la primera parte del Quijote. La segunda parte no llegó a rodarse jamás. Si no fuera por ese pequeño detalle, sería perfecta.

Todos y cada uno de los errores mencionados en anteriores adaptaciones quedan subsanados en esta. No sólo tiene el guion más certero, más fiel, más respetuoso, más delicado de todos (escrito por el gran Camilo José Cela, a quien tendré que dedicar una entrada un día de estos), es que, además, a nivel escénico es impecable. No hay manera de superar en expresividad, espíritu o intención abarcadora, la interpretación de Fernando Rey. Por si fuera poco, Alfredo Landa, que es posiblemente uno de los mejores actores españoles del siglo XX, hace una interpretación de Sancho Panza que, seguramente, no podría ser superada ni por el mismísimo Sancho Panza.

Si uno desea disfrutar de una adaptación del Quijote al medio audiovisual, ésta es la que debe de ver. Todas las demás no son sino patochadas. Ésta es la buena, la definitiva, la canónica. Está a mitad, sí, como la Sagrada Familia, pero es, en su sentir, la adaptación más precisa de la obra de Cervantes.

Así las cosas, la única crítica que lanzo hacia esta adaptación no va dirigida contra nadie del equipo de realización, que hicieron un trabajo exquisito, sino a los obtusos directos de RTVE de los años 90 que, tras haber tenido éxito con la primera parte, decidieron, por motivos económicos, suspender la producción de la segunda, que ya estaba en preparación.

Me alineo completamente con Alfredo Landa, cuando, en diciembre de 1992 dijo, textualmente, que

…son una partida de memos que deberían ir todos a la cárcel.

A lo cual, a título explicativo, añadió que

después de todo el trabajo, esa cuadrilla de necios no sabe cuándo comenzará el rodaje, que nos desprecian (a los actores), nos marginan y nos tienen como a bobos y que Fernando Rey es ya mayor. Como dejen pasar el tiempo, ese hombre no estará ya para montar a caballo, para enfrentarse a la dureza de la serie. El tiempo pasa y en TVE no se dan cuenta.

Yo aún voy más allá y aseguro que son unos miserables, unos antiespañoles, unos ineptos sobre los que toda vergüenza debe caer y que, además, no sólo no supieron reconocer la oportunidad histórica de poder contar con una conjunción de talentos tan destacada como la que se articula con el combo Alfredo Landa-Fernando Rey-Camilo José Cela, sino que tampoco fueron capaces de reconocer su obligación histórica hacia España. No descarto para nada que haya fundamentos jurídicos suficientes como para acusarles de traición a la patria.

Pero, oye, así somos los españoles. Mejor hacer sólo la mitad, y hacerlo bien, que acabar la faena. España es un pueblo inconcluso.

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Landa llama “memos” a los directivos de TVE

2000 – Don Quijote

Esta película es tan mala que dicen que nadie ha sido capaz de verla dos veces. Yo no he sido capaz de verla ni una. Bazofia televisiva de tan mala calidad y que hace gala de tan mal gusto que, según cuenta la leyenda, todo aquel que la ve, muere de cáncer de colon seis meses después. En ella se reúnen todos los pecados de las anteriores adaptaciones y algunos nuevos cuya mera mención harían que resucitara Cervantes para volver a morirse inmediatamente después. Una película ofensiva, diría, yo. Un escupitajo sobre la literatura española por parte del siempre virtuoso mundo anglosajón. Es tan desvergonzadamente estúpida, edulcorada y obtusa, que se podría utilizar como método de tortura en Guantánamo. Conozco el caso de un hombre en Minnewaukan, Dakota del Norte, EEUU que, en 2002, tras haber visto la película, agarró su escopeta de caza y liquidó a quemarropa a 13 personas, incluida su mujer, Penny Mitchell y sus dos hijos, Jennifer y Michael, aunque en el caso del segundo, la policía alberga dudas. Una de las líneas de investigación abiertas por la policía del condado indica que es posible que el hijo, Michael, también viera la película, y ahora fuera responsable de diversos asesinatos sin resolver en la zona de Cleveland. En una ocasión alguien hizo una película que era peor… pero fue asesinado (se sospecha de Michael, precisamente), y todas las copias de aquella película fueron incineradas. A la baja calidad de este filme, y al área expansiva de caos y destrucción que se despliega cuando alguien la ve, se achacan diversas tragedias sufridas por la humanidad tales como los terremotos de Haiti, la quiebra de Lehman Brothers, el asesinato del perro Excalibur o el mismísimo coronavirus. Hay quien sostiene que el pangolín vio la película, y así estamos.

Véala sólo bajo su cuenta y riesgo. Advertido queda.

La triste figura de don Quijote en el cine (primera parte)
La triste figura de don Quijote en el cine (segunda parte)

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